Dijo Jesús a santa margarita maría de alacoque:
“he aquí Este corazón que ha amado tanto a los
hombres, que no ha perdonado nada hasta agotarse y consumirse para
testimoniarles su amor, y en agradecimiento no recibe de la mayor parte más que
ingratitudes, ya por sus irreverencias y sacrilegios, ya por la frialdad y
desprecio que tienen por mí en este sacramento de amor. Pero me duele aún más
que se porten así corazones que me están consagrados”.
(Delante del Santísimo sacramento,
junio de 1675 – octava del corpus christi)